El jabón de aloe vera es otro clásico en el mundo del jabón artesanal. Si no lo has hecho aún te recomiendo que lo hagas porque tiene muchísimas propiedades interesantes.
Este jabón es ideal para pieles sensibles, pieles con psoriasis y pieles irritadas, ya que el aloe vera es perfecto para hidratar y calmar la piel. El aloe vera es astringente, antibacteriano, antiinflamatorio y cicatrizante y por ello también ayuda a combatir el acné. Retarda el envejecimiento debido a su alto contenido en colágeno y elastina, que tersan el rostro.
He utilizado para este jabón los aceites que siempre utilizo, coco, oliva y karité y he añadido aceite de almendras dulces, ya lo sabéis, el que más me gusta para hidratar la piel. Para aportar olor he utilizado una fragancia de aloe y pepino que resulta muy refrescante.

En este jabón el aloe vera se puede incorporar de dos maneras diferentes, una sustituyendo el agua por el jugo de aloe, siempre congelado si lo hacemos así. La otra manera es añadiendo el aloe al final, en la traza. Yo lo he hecho de esta segunda manera. Esto es mi gusto personal, no es que sea mejor o peor, simplemente yo prefiero incorporarlo al final en vez de mezclar con la sosa.